Los jeroglíficos mayas tallados en el disco encontrado en la zona arqueológica de Chichén Itzá confirman los cambios de escritura para finales del imperio de esta cultura, pues son muy difíciles de descifrar debido a que no existen textos comparativos, comentó el epigrafista David Stuart en entrevista con La Jornada Maya.
El mayista de la Universidad de Texas colabora con especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para descifrar los glifos que se encuentran en la pieza de 32.5 centímetros de diámetro hallada el pasado 15 de marzo en las inmediaciones de Casa Colorada durante las labores del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza).
Con las imágenes y la información que le enviaron los antropólogos del INAH alcanza a reconocer que el estilo de los glifos es muy raro y podría corresponder a los últimos años del año 800 de nuestra era o de los primeros del 900.
“No tenemos muchos textos comparativos, es una fase en el desarrollo de la escritura maya que es muy difícil, es casi igual que los textos muy tempranos… La escritura maya tiene una historia muy larga y podemos leer mucho en la mitad de esa historia porque hay muchos ejemplos, pero los textos en piedra más tempranos y más tardíos son muy difíciles de traducir”, explica el especialista estadunidense, quien considera que el disco es una de las esculturas más tardías en la historia de Chichén Itzá.
Los signos en relieve dentro de la pieza muestran a dos personajes dentro de un campo de pelota y sí hay glifos que marcan una fecha, sin embargo, debido a la erosión no se puede descifrar.
Lo que se aprecia en los primeros estudios es que existe una fecha, una conmemoración al juego de pelota y que hay escritos unos nombres, tal vez de los gobernantes del momento o de los jugadores que aparecen en la pieza.
Al respecto, el arqueólogo del INAH, Santiago Sobrino, informó en conferencia de prensa que se estima que la pieza pueda ser del año 894 de nuestra era y muestra probablemente los últimos eventos del juego de pelota.
El especialista mexicano señaló que el verbo detectado en los glifos de la pieza es uno relacionado con la palabra “presentar”, por lo tanto se hablaría que la función de la piedra era para marcar una fecha importante que conmemora un juego de pelota.
“Son glifos escritos a una manera distinta, que reflejan este periodo de cambio en el cual la escritura no desaparece sino que se vuelve un aspecto menos monumental, más mínimo en cierta forma… Estamos tocando un periodo en el cual la escritura está cambiando en el área maya”, explicó Sobrino.
Los especialistas continuarán estudiando la pieza y posteriormente ésta formará parte del Museo de Sitio, que se encuentra en fase de construcción, informó Marco Antonio Santos, director de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá.
“Estamos empezando a saber cosas de la historia maya”
David Stuart es un estudioso de la cultura maya, hijo de padres que dedicaron su vida a descifrar esta civilización, y como especialista reconoce que apenas se está empezando a recrear y conocer la historia de este imperio prehispánico que considera uno de los más relevantes a nivel mundial.
El epigrafista señala que el estudio de la cultura maya tiene máximo 150 años y la habilidad para leer los glifos ha adquirido auge en los últimos 30 o 40 años, por lo que es una jornada muy corta.
“Es una historia épica y casi desconocida a pesar de que es una de las cosas más importantes en la arqueología del mundo. En los próximos años debería ser parte de la educación de todos”, destacó.
Respecto al hallazgo de este disco con glifos mayas en Chichén Itzá dijo que es un momento especial para conocer las voces antiguas y los detalles de esta cultura.
“Leer las palabras antiguas de los mayas es casi mágico”
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