Luego de que el representante del gobierno de Gustavo Petro en Ciudad de México, Álvaro Moisés Ninco Daza, opinara sobre un asunto de política doméstica, Infobae consultó a dos internacionalistas expertos sobre las repercusiones que podría tener en las relaciones entre los dos países
Advirtiendo que a México no le queda otra opción, el jueves 23 de marzo el embajador de Colombia en México, Álvaro Moisés Ninco Daza, le recomendó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que establezca un diálogo con los carteles de droga.
“No hay otra opción. Tenemos problemas que ponen en riesgo la existencia de la humanidad como la crisis climática, la guerra, el narcotráfico y la criminalidad. Necesitamos ocuparnos de esas agendas”, estableció el embajador Ninco Daza, a quien acto seguido le preguntaron que sí aceptar un diálogo con estos grupos no significaba “tirar la toalla” y someterse a los mismos, ante lo cual el diplomático respondió lo siguiente:
“Colombia viene de tirar la toalla y de someterse a esos grupos a través de gobiernos que coadyuvaron al narcoestado. México también. Y eso no lo digo yo sino que lo dice una sentencia de un tribunal de Nueva York. Nosotros estamos cambiando eso”, concluyó el embajador colombiano en la ciudad de Morelia.
Las implicaciones
Esta declaración, que fue registrada por varios medios de comunicación mexicanos, debe ser revisada con lupa de detalle, pues no solo fue una recomendación que se le hizo a un estado que precisamente por su historia es profundamente celoso de sus asuntos domésticos, sino que va en contra vía de un principio fundamental:
Un embajador no debe opinar sobre la política doméstica del estado receptor, pues eso se constituye como un incumplimiento a la Convención de relaciones diplomáticas y consulares de Viena, que entró en vigor el 19 de marzo de 1967). Así lo explicó a Infobae el internacionalista docente de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo.
“Puede tener implicaciones al margen de quien sea presidente de México. Podría ser Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto o Andrés Manuel López Obrador porque ningún gobierno acepta que un embajador haga ese tipo de sugerencias. Esto es una contravención a la Convención de relaciones diplomáticas y consulares de Viena. Un embajador no puede opinar sobre política interna y ahora habrá que esperar a ver si México va a presentar una nota de protesta. No creo que lo haga y pensaría más bien que la Secretaría de Relaciones Exteriores en México a lo sumo sacará un comunicado de protesta, pero es grave. Pero no porque México no arme un problema no significa que deje de ser grave”, le dijo a Infobae Mauricio Jaramillo.
Añadió que a esto se suma el hecho de que acá en Colombia el suyo fue un nombramiento altamente cuestionado, al punto que tiene una demanda admitida. “Esto confirma un poco los vaticinios de que cuando se pone en el servicio exterior a una persona que no está preparada para el cargo, sean o no sean de carrera, estos son los riesgos que se corren”, concluyó a este medio de comunicación el internacionalista Jaramillo.
El regionalismo mexicano y la no injerencia
Esta fue una línea de análisis en la que coincidió la politóloga y PhD. en Ciencia Política y Relaciones Internacionales, y profesora Investigadora de la Universidad Externado de Colombia, Martha Lucía Ardila, quien además llamó la atención sobre el arraigado nacionalismo mexicano.
“Esa declaración me parece gravísimo, sobre todo en un país como México. Este fue un país que perdió el 65% de su territorio a mediado del siglo XIX (hoy estados norteamericanos ricos en materia de petroleo); México tuvo una revolución mexicana y desde entonces ha venido impulsando una serie de lemas que tienen que ver con todo lo que se ha llamado la Doctrina Estrada y la no injerencia en los asuntos internos”, precisó a este medio de comunicación la profesora Ardila, quien reforzó el punto:
“Es más: México durante mucho tiempo no aceptó observadores internacionales para las elecciones. Ha sido muy celoso frente a este tema (más que otros países) por la perdida de territorio, porque Estados Unidos ha querido incidir mucho en temas de migración y drogas con una frontera de 3.200 kilómetros que es gigantesca. Si la de nosotros con Venezuela, que es de 2.219 kilómetros nos ocasiona tantos problemas imaginen ustedes una de esa magnitud. Es muy pero muy sensible frente al tema y lo veo grave”, le dijo a Infobae la internacionalista Ardila.
Hay que reformular el Decreto 274 de 2000
No obstante, de acuerdo con ella lo que es aún más grave es que esto denota una deficiencia muy grande en la Cancillería colombiana, pues los embajadores nombrados tienen que pasar por esta oficina, hablan con el viceministro de turno y les hacen algo así como una “inducción” o “capacitación que se le da a los embajadores “y es grave que dejen pasar una cosa de esas”.
“La Cancillería era consciente de que ese era un nombramiento complicado y difícil por la baja capacitación o por el desconocimiento de la persona que nombraron en México sobre política exterior colombiana y relaciones internacionales ni nada. Es una falla de la Cancilleria y eso me lleva a pensar que hay que reformular el Decreto 274 del 2000 (por el cual se regula el Servicio Exterior de la República y la Carrera Diplomática y Consular)”, indicó.
“Ahí se debe consignar cuál debe ser el curso que se les de a los embajadores que van al exterior, teniendo en cuenta tanto la política exterior colombiana como el área geográfica al cual se dirige. Es grave, tanto por parte de la Cancilleria como por parte del tipo de declaraciones tan ligeras que esta diciendo el embajador Ninco”, concluyó la profesora de la Universidad Externado.
Demanda en contra de su nombramiento
Por último, amerita tener en el radar que el 21 de marzo de 2023 la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia anunció que el Tribunal Administrativo de Cundinamarca admitió la demanda que presentó contra el nombramiento de Álvaro Moisés Ninco Daza como embajador de Colombia en México. De acuerdo con ella el funcionario no cumple con los requisitos legales para ocupar el cargo.
La senadora argumenta que la irregularidad estuvo en el proceso de compensación de requisitos, el cual se lleva a cabo cuando el Gobierno nombra a personas que no pertenecen a la carrera diplomática para un cargo de jefe de misión.
“El Gobierno propuso a Álvaro Ninco como embajador en México, quien no tiene título profesional y solo tiene 2 años y medio de experiencia laboral. Esto, a pesar que México es uno de nuestros principales socios comerciales, políticos y diplomáticos”, explicó la senadora en Twitter, quien dijo que este nombramiento fue una total irresponsabilidad por parte del Ejecutivo.
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