Estados Unidos aprovecha la crisis energética en Europa provocada por la invasión rusa a territorio ucraniano y ahora tiene un interés geopolítico: vender diésel ultra bajo azufre a la Unión Europea. Sin embargo, el embrollo bélico también da la oportunidad a México de renegociar con sus socios.
Estados Unidos aprovecha la crisis energética en Europa provocada por la invasión rusa a territorio ucraniano y ahora tiene un interés geopolítico: vender diésel ultra bajo azufre a la Unión Europea. Sin embargo, el embrollo bélico también da la oportunidad a México de renegociar con sus socios del T-MEC las diferencias en materia energética antes de llegar al panel de controversias, un escenario que no conviene a ninguna de las partes, según los analistas.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Aunque el gobierno de Joe Biden amenazó desde el pasado 20 de julio con hacer valer los reclamos de empresas estadunidenses que se consideran afectadas por las políticas nacionalistas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la llegada del invierno y la nueva matriz energética –a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania–, que ahora beneficia a las exportaciones de petrolíferos estadunidenses a la Unión Europea, cambiaron las reglas del juego para México.
Al menos en el corto plazo, las refinerías estadunidenses no buscarán recuperar las ventas de diésel a nuestro país, uno de los principales reclamos en el marco del T-MEC. Lo que le interesa ahora a Estados Unidos, en medio de la invasión a Ucrania y la escalada inflacionaria, es acelerar la construcción de las plantas para gas natural licuado, los ramales de gasoductos desde su territorio y acelerar las exportaciones de gas natural desde México, dijo Mario Campa, economista y maestro en políticas públicas por el ITAM y la Universidad de Columbia.
Luego de la renuncia de Tatiana Clouthier a la Secretaría de Economía y de la salida de todo el equipo de funcionarios de alto nivel que negociaban con la Oficina de la Representante Comercial de Estados Unidos la suspensión de la petición de un panel de controversias, la coyuntura geopolítica ofrece a la nueva responsable de la dependencia, Raquel Buenrostro, un tiempo clave para que el nuevo equipo que encabeza el subsecretario de Comercio Exterior, Alejandro Encinas Nájera, recupere toda la información de estas consultas.
Dos semanas después de su nombramiento como responsable de representar y defender a México en el eventual panel de controversias frente a Estados Unidos y Canadá, Encinas Nájera aún no ha tenido acceso a todos los expedientes clave y al contenido de las pláticas y documentos privados sobre esta controversia, de acuerdo con información a la que Proceso tuvo acceso.
Abogados laboralistas con quienes Encinas Nájera colaboró para las reformas a la Ley Federal de Trabajo que exigió el T-MEC comentaron que la juventud del funcionario y su falta de experiencia en temas de fondo y complejos de comercio exterior podrían convertirse en un obstáculo en su gestión. En cambio, señalan, Encinas Nájera se destacó como un facilitador ante Estados Unidos de acuerdos en temas como legitimación de contratos colectivos y mecanismos de respuesta rápida ante conflictos en el sector obrero, precisamente frente a la oficina de la embajadora Katherine Tai.
Oportunidad de negociar
México tiene ahora un tiempo extra para preparar al equipo negociador ante el T-MEC, dijeron analistas, pero también para seguir sustituyendo importaciones de diésel estadunidense, uno de los combustibles más demandados durante los próximos meses. En el plano judicial, además, la Suprema Corte de Justicia instruyó a los tribunales colegiados para que reabran los procesos y las sentencias en los juicios promovidos por empresas afectadas por las reformas al sector eléctrico. Se reiniciaría así el litigio de las demandas interpuestas por las firmas afectadas por los cambios a la Ley del Servicio Eléctrico.
En el T-MEC siempre se tratará de evitar una disputa y un proceso arbitral, es el último recurso que se tiene, explicó David Berezowsky, abogado en la firma Foley & Lardner LLP.
“Las partes tendrían ahora la oportunidad de negociar de manera amigable la solución de una disputa que no será la primera, pero sí la más relevante”, refirió el experto en temas de comercio internacional.
En el caso del sector energético, se debe tomar en cuenta que este proceso sí puede tener un impacto muy fuerte en ambo países. Berezowsky refirió la posible recesión en EU, las elecciones intermedias para el Congreso, la inflación, los problemas en Canadá y la fase final de la administración del gobierno de López Obrador.
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